Una cosa es la Iglesia Credo y otra la Iglesia Institución. A la primera la respeto y admiro profundamente, sin embargo soy incapaz de adoptarla por cuestiones muy personales que quizá explique algún día. A la segunda no, y creo que mucha gente comparte mi sentimiento, por tratarse de una institución que lucra con la primera, al grado que para referirse a ella bien podríamos denominarla El Vaticano, S.A. de C.V.
Juan Pablo II fue un personaje sumamente mediático, lo cual fue beneficioso para su empresa y otras ocasiones no tanto, al punto que es muy común escuchar que fue el más aclamado pero el más desobedecido. Él murió pero el sucesor no simplemente no cumplió con el perfil carismático, sino que antes de asumir el cargo bien se sabía de su complicidad en casos de pederastia y demás asuntos que poco se conocen. Desde mi punto de vista, la Iglesia Institución está en decadencia, tan sólo hay que analizar los estudios estadísticos que revelan el creciente desapego religioso, incluso el ateísmo.
Benedicto VXI no ha logrado llenar el gran vacío que dejó Juan Pablo II, eso más que afectarle personalmente, afecta a la institución. El recuerdo de Juan Pablo II aún está fresco y bien saben la importancia de explotarlo antes que se desvanezca. No es casualidad que de pronto surgieran milagros, requisito indispensable para la beatificación express, curiosamente sin pasar por el largo y burocrático proceso de investigación a que son sujetos quienes están en vía de la beatificación. Igual que un gobierno necesita ciertas estrategias mediáticas para apuntalar su reputación, el Vaticano ha tenido la idea de una gira de las reliquias del anterior papa.
Puedo apostar que durante el dichoso tour ocurrirán milagros, no sé cuantos pero quizá los suficientes para cumplir con el siguiente requisito de la santificación express, o cuando menos para ratificar que la iglesia Institución todavía cuenta con cierto prestigio, digno de ser reconocido a nivel mundial.

Pórtense bien, no sigan mi mal ejemplo de blasfemar contra el imperio del Vaticano, Dio$ los podría castigar.