domingo, 26 de septiembre de 2010

A Lolita

Lo más fácil sería decir que no te extraño, que no pienso en ti y que no me importas. También decir que no importó lo que vivimos y que eres insignificante para mí.

Para bien o para mal, ni mi naturaleza me permite ser tan ruin, ni en mis deseos se encuentran esas ideas. No puedo hablarte directamente porque no es lo adecuado, dado que no quiero perturbar tu vida de nuevo y hacerte daño sin querer.

Me arriesgo que eso último sea una declaración demasiado arrogante, pero ten en cuenta que me estoy fiando de mis ideas.

Pocas veces escribo cosas tan personales en este blog, es por eso que estuve pensado seriamente en escribir esto. A última hora decidí hacerlo porque sé que me espías y también para tener un poco más tranquila mi conciencia.

Necesitas saberlo, no ha sido cuestión de valor, sino que mi cordura para no perturbar tu vida para mal ha sido mucho más fuerte. Te deseo todo lo mejor y aunque sabes bien que no creo en Dios, quiero para ti todas las bendiciones de esta vida.

Lamento ser tan duro, pero de hoy en adelante, cualquier cosa que escriba en este blog no tendrá nada que ver contigo.