lunes, 10 de agosto de 2009

Una curiosa definición de perdón.


Desde el punto de vista religioso y/o filosófico, el perdón es un concepto sumamente importante. Independientemente de lo que realmente significa el perdón, me he dado cuenta que en la mayoría de la gente existe un definición de perdón que atrapa mi interés.

De esta manera, la persona que ofende busca el perdón de su ofendido (víctima), después de todo, la fechoría no valía la pena de perder la Visa al Cielo. Ya obtuvo lo que tanto quería así que eso de pedir perdón es un mero trámite:
Más vale perdir perdón que pedir permiso.
Por otro lado, el ofendido, aparte agraviado está muy indignado. No obstante. al cabo de poco tiempo empieza con cavilaciones como esta:
Si alguien me ofende, tengo que perdonarlo para poder tener paz mi alma, o mejor dicho, no tendré asegurado el futuro de mi alma. Si Dios perdona, yo también debo perdonar. Si no lo hago estaría siendo soberbio y eso es pecado. El rencor es malo, es pecado. El no perdonar me convierte en pecador y mi Visa al Cielo está en peligro.
Ahora comprendo por qué algunos dicen: "Por favor perdóname". ¡No lo puedo creer! El ofendido ruega ser perdonado mientras que el agresor adquiere una status de privilegio.

Pórtense bien, y perdonen. En caso de portarse mal, los felicito porque serán ustedes los dueños del perdón, su misericordioso criterio definirá el futuro de algún alma ofendida que les implore perdón y de paso salvan la suya.

ACLARACIÓN: Si en alguna ocasión (puedo asegurar que serán muchas) yo les pido perdón, no lo haré bajo la concepción que he descrito arriba.

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